Me llamo Miguel Angel Beguería, he sido profesor de filosofía, actualmente jubilado. Esta profesión me ha permitido dedicar mucho tiempo a mi pasión por la música. Hace unos años que por mi dedicación a la enseñanza, por mi afición a la música y por la curiosidad hacia mi pueblo comencé tres sitios web dedicados a cada una de estas actividades. Con el tiempo, la tres han confluido en una dirección para ganar unidad y huir de la dispersión.
En la sección de Filosofía encontraremos la categoría filosofía para adultos. No hay contradicción en el título si suscribimos al pie de la letra las palabras del sabio Epicuro:
«Ni el joven postergue el filosofar ni el anciano se aburra de hacerlo, pues para nadie está fuera de lugar, ni por muy joven ni por muy anciano, el buscar la tranquilidad del alma (la felicidad)».
No hay filosofía para jóvenes ni para adultos, sino filosofía sin más. La razón de ese título es que he impartido durante varios años un curso de historia de la filosofía dentro de los programas de extensión cultural de la CAI (Caja de ahorros de la Inmaculada), en el que se matriculan, sobre todo, personas adultas.
Obviamente la sección de segundo de bachillerato se hizo para uso de mis alumnos de bachillerato en el IES Miguel Catalán.
La primera parte del blog está dedicada a mi pueblo, Layana, con el enorme cariño que me merece. He añadido una sección de música y otra para artículos de reflexión, por seguir la estela del título general del blog.
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Me alegra saber que existen filosofos o profesores de filosofía, como tu Miguel Angel, que citan para bien a EPICURO.
No creo que haya filosofo que ha sido tan injustamente maltratado por la historia de la filosofía como este genial autor griego.
A diferencia de otros filósofos clásicos como PLATÓN o ARISTÓTELES, por citar los más famosos, la filosofía de EPICURO sigue siendo válida en la actualidad.
Hola. Ha sido la casualidad la que me ha traído hasta aquí y de ella me voy a aprovechar para dejar escrito que te recuerdo como el mejor profesor de filosofía y, seguramente, el mejor profesor a secas. Creo que fue en el 86 cuando disfruté de esas clases de introducción a la filosofía (ahí es nada) con 16 años. Lo recuerdo como la apertura a un mundo antes desconocido donde el pensar era la vía para continuar de una forma honesta y libre. Fue una experiencia, como se puede apreciar, inolvidable. También recuerdo con cariño el descubrimiento de la música en la coral Studium. Momentos de felicidad a voz en grito. Terminé la carrera de derecho en el 91 y la vida me ha ido bien hasta ahora, que me ha puesto delante una leucemia con la que podré lidiar, sin duda. Y llevo un tiempo recordando lo mejor de mi vida para ponerlo en su sitio… a mano… en la mesilla de noche, por si me hace falta. Quiero agradecerte Miguel Ángel, la influencia que recibimos de tus clases (hablo en plural, porque sé que es generalizado). Cómo olvidar el olor de la pipa apagada entre Platón y Aristóteles. Gracias por todo lo que nos diste.