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METAFÍSICA CARTESIANA

Es conocida la anécdota según la cual Descartes, sentado junto a una estufa, ajeno a las preocupaciones de la mayoría de jóvenes de su edad, descubre los fundamentos de lo que será más tarde su pensamiento original y la puerta de la filosofía moderna. No solamente nos importan ahora las cuatro conocidas reglas de su método, sino todos los presupuestos de los que surgirá el método y su especial concepción de la filosofía.

Fue en Ulm, pequeña ciudad junto al Danubio, la noche del 10 de noviembre de 1619 cuando el autor del Discurso del Método, pegado a la famosa estufa, tiene tres sueños sucesivos que interpreta como una invitación a la filosofía, actividad a la que va a dedicar fundamentalmente su vida. La interpretación de esos sueños trajo como consecuencia la solución a los problemas de carácter científico que por aquel tiempo le abrumaban.

  1. En primer lugar, Descartes quiere unificar todas las ciencias ya que cada una de ellas no son más que ramas de un único  árbol de conocimiento, de la “Mathesis universalis”, fruto de la razón única.
  2. Tras sus estudios en la Flèche y después en la Universidad de Poitiers, Descartes se encuentra confundido ante el escándalo de la ciencia y especialmente de la filosofía. Multitud de autores, opiniones, tipos de argumentación, criterios de verdad, etc. Tal situación debe corregirse radicalmente ya que las opiniones pueden ser múltiples pero la verdad sólo es una.
  3. Sólo hay una ciencia, si así puede llamarse, que no invita al escepticismo, las matemáticas. Pero, junto a la seguridad que muestran,  el creador de la geometría analítica observa la esterilidad de su contenido como aportación al conocimiento del mundo. Para qué sirven las matemáticas, se pregunta Descartes.
  4. Sin embargo, a pesar de la esterilidad de las matemáticas, algo aparece con enorme claridad. Se trata de un saber exclusivamente racional, es decir, de una ciencia construida sin el concurso de la experiencia sensible, sin la atención al mundo físico. El referente de las matemáticas son entes racionales, ideas. Su fortaleza procede, entonces, de la propia razón, de forma que cualquier ciencia que se construya sobre cimientos estrictamente racionales nos ofrecerá la seguridad de las matemáticas.
  5. Descartes es un escéptico a la fuerza. Si diez escuelas le presentan diez tesis diferentes como solución al mismo problema habrá que concluir que es imposible que las diez sean verdaderas y si lo es una de ellas no poseemos aún un criterio capaz de distinguirlas de las nueve restantes.
  6. Es por tanto necesario un buen criterio de certeza que aporte luz en nuestro caminar científico. Es posible que alcancemos pocas metas pero es preferible eso a llegar a muchas sin la seguridad de haberlas alcanzado realmente. Ese criterio no puede ser otro que el mismo que hace fuertes a las las matemáticas: la evidencia. Sólo lo que aparece claro y distinto ante la razón alcanzará el rango de verdadero.

METAFÍSICA PLATÓNICA

En la última clase trazamos una introducción a la metafísica platónica presentando, como siempre, los esquemas de la explicación en formato de diapositivas. Seguramente, el contenido de las diapositivas pecaba de exceso de texto con la consiguiente dificultad para leerlo desde las últimas filas. Para solventar la situación acordamos presentar alguno de esos textos en este blog con el fin de que el que quiera lo pueda copiar y llevarlo a la clase.

Tratan estos textos de algunas consideraciones acerca de los motivos que pudieron impulsar a Platón a proponer el Mundo de las Ideas. Tiene que resultar extraño al lector o al alumno que se acerca por vez primera al pensamiento platónico la postulación de un Mundo diferente y superior al mundo físico en el que nos encontramos. El dualismo platónico tiene que llenarnos de asombro e incredulidad cuando oímos hablar de él por primera vez. Por eso creemos que es necesario dar vueltas en torno a esa postulación para no quedarnos simplemente en la superficie de esa magnífica concepción y ésa es la finalidad del material que presentamos adjunto a esta entrada. En la misma hoja figura un poema de Borges sobre la rosa. Las rosas de la literatura, fantásticas, casi eternas, nos conducen al arquetipo, a la Rosa de las rosas. Finalmente, Borges, citando a Coleridge, resalta el valor inagotable del pensamiento platónico que abre un camino por el que han transitado grandes pensadores a lo largo de la historia: «todos los hombres nacen platónicos o aristotélicos…»

METAFÍSICA PLATÓNICA

En la última clase trazamos una introducción a la metafísica platónica presentando, como siempre, los esquemas de la explicación en formato de diapositivas. Seguramente, el contenido de las diapositivas pecaba de exceso de texto con la consiguiente dificultad para leerlo desde las últimas filas. Para solventar la situación acordamos presentar alguno de esos textos en este blog con el fin de que el que quiera lo pueda copiar y llevarlo a la clase.

Tratan estos textos de algunas consideraciones acerca de los motivos que pudieron impulsar a Platón a proponer el Mundo de las Ideas. Tiene que resultar extraño al lector o al alumno que se acerca por vez primera al pensamiento platónico la postulación de un Mundo diferente y superior al mundo físico en el que nos encontramos. El dualismo platónico tiene que llenarnos de asombro e incredulidad cuando oímos hablar de él por primera vez. Por eso creemos que es necesario dar vueltas en torno a esa postulación para no quedarnos simplemente en la superficie de esa magnífica concepción y ésa es la finalidad del material que presentamos adjunto a esta entrada. En la misma hoja figura un poema de Borges sobre la rosa. Las rosas de la literatura, fantásticas, casi eternas, nos conducen al arquetipo, a la Rosa de las rosas. Finalmente, Borges, citando a Coleridge, resalta el valor inagotable del pensamiento platónico que abre un camino por el que han transitado grandes pensadores a lo largo de la historia: «todos los hombres nacen platónicos o aristotélicos…»

METAFÍSICA

A punto de terminar con las clases de antropología, presentamos la programación del nuevo bloque dedicado a la metafísica. Han resultado interesantes estas últimas sesiones en las que se ha tratado los temas de la motivación, la libertad y la muerte. No se puede decir que han sido excesivas las clases dedicadas al tema general del ser humano, tema inagotable de por sí, pero creo que han sido suficientes para descubrir elementos de reflexión que justifican sobradamente las 18 horas que hemos invertido.

La palabra “metafísica” no es precisamente fácil de definir o describir. Sin ser una palabra equívoca, su significado polisémico nos va a exigir una especial atención. Vamos a entender por metafísica, en el contexto de nuestra clase, el conocimiento del mundo que tenemos enfrente como objeto de conocimiento diferente de nuestro yo, pero en consonancia con el prefijo “meta” esta visión del mundo va a pretender ser siempre totalizadora y unificadora. Nos auxiliaremos de las ciencias, como siempre, y a partir de los datos que éstas nos proporcionen, trataremos de integrarlos en una visión general del mundo, del universo.

Decepciona el “poco profundo” origen del concepto «metafísica», creado a partir de la mera colocación de los libros que Aristóteles denominó “Filosofía Primera” después de los tratados de Física. Pero este anecdótico origen justifica la consideración de la metafísica como un conocimiento más allá de lo físico, de lo empírico, que se construye desde la base de ideas o conceptos puros. Contra este saber dogmático, como lo denominó Kant, han dirigido sus críticas numerosos autores como David Hume o el propio Kant que aunque dejó este saber tocado de muerte, resurgió, en otro estilo eso si, en autores tan importantes como Hegel, Heidegger, y otros.

Sin pretender ser excesivamente rigurosos con el concepto de metafísica, comenzaremos el tema ofreciendo la concepción del Universo, desde los pitagóricos hasta el Renacimiento pasando por Aristóteles, Ptolomeo y los árabes. Sería excesivo para nuestro escaso tiempo continuar con las teorías contemporáneas  y nos contentaremos con apuntes y sugerencias al hilo de la exposición.

Como ejemplos de metafísicas  consideraremos dos concepciones, una del pensamiento antiguo y otra del moderno, que no resultan tan complicadas como otras y son extraordinariamente sugerentes. Son las metafísicas dualistas de Platón y de Descartes. Analizaremos el Mito de la caverna platónico y leeremos fragmentos del cartesiano “Discurso del método”.

Precisamente en el momento más brillante de la metafísica racionalista aparece la figura destacada de David Hume cuya crítica dejará a ésta herida de muerte. Kant terminará casi definitivamente la empresa de su destrucción. No vamos a encontrar después de estos dos autores ningún ejemplo de metafísica al estilo antiguo o moderno, pero el pensamiento de amplios vuelos no tardará en mostrarse con más vigor si cabe sobre todo en centroeuropa. Haremos el esfuerzo de penetrar en el pensamiento de Hegel, principal representante del pensamiento romántico, aun siendo sabedores de su dificultad.

Y nos queda un tema, perteneciente a una metafísica especial, que durante muchos siglos ha constituido el centro de la filosofía. Se trata de Dios. ¿Qué sabemos de Dios? ¿Existe Dios? ¿Qué argumentos acerca de su existencia se han inventado a lo largo de la historia? ¿De existir, qué papel juega Dios en el mecanismo del Universo?

Al contrario que en las entradas anteriores, he preferido ir señalando los enlaces a textos para trabajar en clase sobre palabras del propio artículo, en vez de hacerlo al final como una sección especial. Pienso que todo queda más integrado de esta manera. Así pues, si encuentra alguna palabra o expresión resaltada, eso significa que es el enlace a un texto, página, etc. relacionado con el significado de la misma. Los materiales de los enlaces se irán introduciendo a medida que los vayamos necesitando.

METAFÍSICA

A punto de terminar con las clases de antropología, presentamos la programación del nuevo bloque dedicado a la metafísica. Han resultado interesantes estas últimas sesiones en las que se ha tratado los temas de la motivación, la libertad y la muerte. No se puede decir que han sido excesivas las clases dedicadas al tema general del ser humano, tema inagotable de por sí, pero creo que han sido suficientes para descubrir elementos de reflexión que justifican sobradamente las 18 horas que hemos invertido.

La palabra “metafísica” no es precisamente fácil de definir o describir. Sin ser una palabra equívoca, su significado polisémico nos va a exigir una especial atención. Vamos a entender por metafísica, en el contexto de nuestra clase, el conocimiento del mundo que tenemos enfrente como objeto de conocimiento diferente de nuestro yo, pero en consonancia con el prefijo “meta” esta visión del mundo va a pretender ser siempre totalizadora y unificadora. Nos auxiliaremos de las ciencias, como siempre, y a partir de los datos que éstas nos proporcionen, trataremos de integrarlos en una visión general del mundo, del universo.

Decepciona el “poco profundo” origen del concepto «metafísica», creado a partir de la mera colocación de los libros que Aristóteles denominó “Filosofía Primera” después de los tratados de Física. Pero este anecdótico origen justifica la consideración de la metafísica como un conocimiento más allá de lo físico, de lo empírico, que se construye desde la base de ideas o conceptos puros. Contra este saber dogmático, como lo denominó Kant, han dirigido sus críticas numerosos autores como David Hume o el propio Kant que aunque dejó este saber tocado de muerte, resurgió, en otro estilo eso si, en autores tan importantes como Hegel, Heidegger, y otros.

Sin pretender ser excesivamente rigurosos con el concepto de metafísica, comenzaremos el tema ofreciendo la concepción del Universo, desde los pitagóricos hasta el Renacimiento pasando por Aristóteles, Ptolomeo y los árabes. Sería excesivo para nuestro escaso tiempo continuar con las teorías contemporáneas  y nos contentaremos con apuntes y sugerencias al hilo de la exposición.

Como ejemplos de metafísicas  consideraremos dos concepciones, una del pensamiento antiguo y otra del moderno, que no resultan tan complicadas como otras y son extraordinariamente sugerentes. Son las metafísicas dualistas de Platón y de Descartes. Analizaremos el Mito de la caverna platónico y leeremos fragmentos del cartesiano “Discurso del método”.

Precisamente en el momento más brillante de la metafísica racionalista aparece la figura destacada de David Hume cuya crítica dejará a ésta herida de muerte. Kant terminará casi definitivamente la empresa de su destrucción. No vamos a encontrar después de estos dos autores ningún ejemplo de metafísica al estilo antiguo o moderno, pero el pensamiento de amplios vuelos no tardará en mostrarse con más vigor si cabe sobre todo en centroeuropa. Haremos el esfuerzo de penetrar en el pensamiento de Hegel, principal representante del pensamiento romántico, aun siendo sabedores de su dificultad.

Y nos queda un tema, perteneciente a una metafísica especial, que durante muchos siglos ha constituido el centro de la filosofía. Se trata de Dios. ¿Qué sabemos de Dios? ¿Existe Dios? ¿Qué argumentos acerca de su existencia se han inventado a lo largo de la historia? ¿De existir, qué papel juega Dios en el mecanismo del Universo?

Al contrario que en las entradas anteriores, he preferido ir señalando los enlaces a textos para trabajar en clase sobre palabras del propio artículo, en vez de hacerlo al final como una sección especial. Pienso que todo queda más integrado de esta manera. Así pues, si encuentra alguna palabra o expresión resaltada, eso significa que es el enlace a un texto, página, etc. relacionado con el significado de la misma. Los materiales de los enlaces se irán introduciendo a medida que los vayamos necesitando.