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Guiones

A través de los enlaces de esta entrada se puede acceder a los guiones de las clases correspondientes a la metafísica de Platón, Descartes y Nietzsche. Los publicamos dado el interés que algunos han mostrado por releerlos, aunque advertimos que el objetivo de las diapositivas, de los guiones, no iba más allá de ser un apoyo para la explicación en las clases. Aunque se crearon como diapositivas Keynote, las he convertido en páginas PDF, formato fácilmente legible en cualquier ordenador, con la posibilidad de ser imprimidas.

LA RUECA Y EL HUSO

La Rueca y el Huso

Seguimos en el mismo escenario que en la leyenda que hemos titulado El pozo de los Bañales. Las principales ruinas de los Bañales, la ermita, el acueducto, se encuentran en la falda de un alto llamado el Pueyo de los Bañales. Viniendo desde Sádaba o desde Layana es la mayor altura que se avista hacia el este. De seguir camino de Uncastillo poco a poco ganaríamos altura hasta llegar finalmente a la sierra de Santo Domingo, cerca de Luesia, que sería el punto culminante. Pero regresemos a la base del Pueyo.

A medida que ascendemos encontraremos ruinas de distintos asentamientos humanos: romanos, iberos. Pronto alcanzamos la cima que es una pequeña meseta, alargada con orientación sur-oeste. También aquí abundan huellas de la antigüedad, entre las que destacan unos enterramientos excavados en la propia roca. Pero es un día luminoso de primavera, fresco, hermoso y sin prisas paseamos la mirada a nuestro alrededor. En el horizonte distinguimos las peñas de la sierra de Santo Domingo, más a la izquierda, la sierra de Ujué en Navarra, Pui Águila, al sur, la sierra negra de Bardenas, el saso de Biota, a continuación. Más cerca de nosotros, casi a nuestros pies, descubrimos los 36 pilares del acueducto romano, popularmente «los pilarones», que sostenían el canalillo que traía el agua  desde no se sabe bien dónde hasta las termas y la propia ciudad. No están dispuestos en línea recta, sino que desde donde nos encontramos parecen imitar la trayectoria de una serpiente, por la curva que describen. Más tarde descubriremos que no es curva caprichosa sino que es la forma de la cantera que le sirve de cimiento, tan sólida, que ha permitido que 1600 años más tarde aguanten de pie.

EL POZO DE LOS BAÑALES

El pozo de los Bañales entre zarzas

Hace tiempo que escribí en un sitio web la leyenda que titulé El pozo de los Bañales y reproduciré aquí exactamente tal y como se redactó en aquel momento. Sin embargo, al releer ahora esta, por lo demás, poco original historia, me asaltan dos preguntas a las que no encuentro respuesta. La primera es, ¿cómo llegó hasta mi la noticia de este cuento? No logro averiguar cuales fueron los vericuetos que lo condujeron hasta mis oídos. La más vasta memoria de Layana y alrededores que he conocido es la de mi padre y recuerdo su fascinación cuando leyó mi relato porque para él era como si escuchase esta leyenda por primera vez. Y si no ha sido mi padre la vía natural de conocimiento ignoro cuál otra pudo ser. La segunda cuestión es muy diferente. Desde hace unos pocos años se celebra, a principios de cada verano, una marcha denominada Marcha nocturna del pozo del diablo que parte del río Arba en Malpica y siguiendo su curso hasta Biota desvía su trayectoria hacia los Bañales y termina en Layana junto al río Riguel. En la marcha participan gentes de todos los pueblos citados. Los Ayuntamientos respectivos organizan y obsequian a los participantes con refrescos, chocolate, etc. La marcha es nocturna, supongo que con luna llena para iluminar el ambiente gótico de la actividad que se adorna de los protagonistas y atrezzo de la leyenda: el demonio, la muchacha, la noche, etc. Pero lo misterioso para mi es que hasta hace bien poco tiempo nadie conocía el cuento de la muchacha y ahora es de dominio público. ¿Quién lo ha descubierto? ¿dónde? ¿cómo se ha hecho tan popular? Me gustaría conocer la respuesta.

Y ahora, la transcripción literal de lo que se escribió en aquella ocasión citada más arriba.

LA TORRE

Dice Guitart Aparicio en su obra sobre los castillos de Aragón: “La palabra torre es mucho más precisa y no  requiere más comentarios. Durante la Edad Media se levantaron por doquier en ciudades, granjas, lugares estratégicos, cerros, puentes, molinos, etc. En documentos del reinado de Sancho Ramírez (1063-94) abundan las alusiones a las torres que se levantaban para la defensa de los lugares que repobló en la Tierra Nueva: Layana, Biota, Luna, Ovano, Iechar, Garisa, Bellestar, Violada, Tormos, etc. Eran castillos reducidos a una elevada torre, y a lo sumo, se rodeaba la loma con un recinto cerrado”. Layana y su torre aparecen documentadas, pues, desde finales del siglo XI. Ahora bien, aquella torre no puede ser la torre que conocemos en la actualidad que evidentemente es posterior.

Transcribimos la descripción de Guitart de la torre actual: “El castillo se reduce a una soberbia torre, rectangular de 8 por 5 m. aunque por una hilera de mechinales y unos sillares salientes se supone que tuvo un cuerpo adjunto y también debió estar rodeada por una cerca que, quizá incluiría la iglesia. El estado de la torre es inquietante, pues ha caído una arista con parte de sus muros contiguos, a pesar de lo cual se mantiene por su gran solidez, conservando las almenas, rectangulares y hendidas por una saetera. En la parte alta de cada cara hay una buharda amatacanada, apoyada sobre ménsulas, pero ninguna está íntegra. Por estos elementos y por la forma ligeramente apuntada del arco de descarga  para entrar en la buharda, esta torre no puede ser anterior al último cuarto del siglo XIII, posiblemente coetánea de la torre de la Fuente Alta de Sos, también con buhardas. Se dividía interiormente en tres  plantas, y a pesar de su ruina, se conserva parte de la bóveda de cañón ligeramente apuntado, que cubría la segunda apoyada sobre una imposta corrida. La puerta está en una cara  mayor, es estrecha y situada en alto”.

LA IGLESIA

“Layana todavía conserva su primitivo templo dedicado a Santo Tomás de Canterbury. Se trata de una deliciosa fábrica románica del siglo XII, construida en piedra sillar, en las que perduran algunas marcas de cantería”, escribe Carmen Rábanos Faci en “Patrimonio artístico …” (IFC, 1998). Abbad Ríos, (Zaragoza, 1954) sin embargo apunta que “Las iglesias de El Bayo, Cambrón, Layana, Puilampa y Castiliscar, permiten pensar que ya podrían pertenecer al siglo XIII, ya algo entrado… Supone que las tres primeras iglesias pertenecen a un mismo momento, la transición del románico al gótico. Tienen elementos del arte cisterciense y cierta tosquedad en su solución permite colegir que estas iglesias constituyeron un ensayo para obras posteriores de mayor envergadura

La planta es rectangular y el ábside semicircular iluminado por tres saeteras. Rábanos Faci en delirante descripción (op. cit.) asegura que hubo de rasgarse la tercera saetera para que sirviera de acceso a la sacristía que se construyó adosada en el siglo XVI. Tal descripción no se atiene a la realidad ya que las tres se conservan en perfecto estado. La planta se divide en cinco tramos separados por arcos fajones y se cubre con bóveda de cañón apuntada. Admiramos la desproporcionada anchura de la nave y consiguientemente de la bóveda que debió de plantear no pocos problemas constructivos a sus arquitectos. Los contrafuertes, sin embargo, son más ligeros de lo esperado, detalle que contribuye más a la admiración del conjunto dado el contraste entre solución tan acertada  técnicamente y la tosquedad de su construcción.

Los arcos fajones descansan en columnas adosadas a los muros cuyos capiteles se decoran con formas geométricas y vegetales muy simples. Parte del muro este, junto al que en tiempos recientes se ha construido un discutible confesionario, ha aprovechado la roca en la que la iglesia se cimenta, roca que también sirve de cimiento a la torre.